miércoles, 16 de julio de 2014

EL OBSERVADOR


El TSJA certifica que la Junta y el Ayuntamiento de Málaga se saltaron la Ley para que Financiera y Minera construyera el mayor foco contaminador de la provincia en la cementera de La Araña

la licencia de la obra de ampliación que tuvo una ayuda de 1,2 millones de euros del Gobierno andaluz para levantar la estructura más alta de Málaga
fabrica_cementos120/07/12. Sociedad. La estructura más alta de la provincia de Málaga es la chimenea que en 2007 se construyó en la fábrica cementera de La Araña. No sólo es la más elevada con 114 metros de altura, además es ilegal, tal y como se desprende de la sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA) que EL OBSERVADOR /www.revistaelobservador.com les ofrece íntegramente AQUÍ. Una decisión que deja en evidencia a las autoridades que permitieron e impulsaron la obra: el alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, el exdelegado de Medio Ambiente, Ignacio Trillo, y la entonces delegada de Innovación, María Gámez, cuyo departamento financió con 1,2 millones de euros -la mayor ayuda pública dada a una empresa por la Delegación de Innovación- esta actuación que conforme a Ley, nunca debió haberse autorizado.
HAN tenido que pasar cinco años para que la Justicia dictamine que la ampliación de la cementera de la Araña nunca debió haberse autorizado. La fábrica Cementos Goliat -que forma parte de la compañía Financiera y Minera, a su vez integrada en la multinacional de origen italiano Italcementi- se encuentra urbanísticamente “fuera de ordenación”, tal y como se reconoce en la sentencia del TSJA (AQUÍ). Esto significa, entre otras cosas, que su ubicación impedía llevar a cabo las obras del calibre que se acometieron, en las que estuvieron trabajando centenares de chinos, uno de los cuales murió quemado.
ENTRE las razones para que no se hubiera autorizado esta actuación está la proximidad que tienen las instalaciones a distintos núcleos de población: “de la barriada de La Araña 69 metros: urbanización El Candado 877 metros; barriada El Jarazmín 770 metros y La Cala del Moral 779 metros. Según el Perito Judicial”.
EL fallo, en resumidas cuentas, viene a decir que fue una obra que incumplía el PGOU de Málaga y que debía ser sometida a evaluación de impacto ambiental. Las pregunta son cómo, quién y por qué se autorizó esta descomunal actuación en la que es, con mucha diferencia, la mayor contaminadora de la provincia, que lleva durante años causando insufribles problemas de salud a las comunidades del entorno, una de ellas, la de la urbanización El Candado ha sido la que personándose en esta causa ha acabado por desentrañar el juego de intereses.


ESTOS son los culpables:
IGNACIO Trillo. Basta repasar las noticias que EL OBSERVADOR  publicó en 2007 para comprobar como siendo delegado de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía en Málaga, Ignacio Trillo desatendía las preguntas sobre la cementera no sólo de esta revista, sino sobretodo de los vecinos de El Candado, cuyas reclamaciones tenían el silencio como respuesta. El caso de Trillo es paradigmático de una persona que actúa con soberbia y opacidad cuando ejerce el poder, para convertirse en ‘adalid’ de las posturas críticas ciudadanas cuando lo pierde. Sin embargo, la hemeroteca no miente. Trillo es la figura clave que, como primera autoridad en cuestiones medioambientales de la provincia zanja la ampliación del mayor foco de emisión contaminante de la provincia con un informe que dice que “la actuación no está sujeta al procedimiento de Evolución de Impacto Ambiental”, según se hace constar en la sentencia. A instancias de esta revista, que le pidió ayer una explicación Ignacio Trillo envió ayer una respuesta que por su extensión adjuntamos íntegraAQUÍ.
FRANCISCO de la Torre. El visto bueno de la delegación de Medio Ambiente permitió al Gerencia Municipal de Urbanismo conceder una licencia de obras –la que ahora se ha anulado- para esta actuación. Pero una cosa es contar con vía libre da la Juntay otra diferente es silenciar las protestas de los vecinos y avalar e impulsar unas obras como hizo el entonces y ahora alcalde de Málaga Francisco de la Torre. Y hacerlo sabiendo que la chimenea excede de la altura máxima permitida en el PGOU, que la contaminación producida por la fábrica es superior a lo permitido legalmente, y que en contra de lo manifestado, se produce un incremento de la producción de cemento que pasa de las 820.000 toneladas a las 1.100.000 toneladas, siempre según indica la referida sentencia. 
MARÍA Gámez. La hoy portavoz municipal del PSOE era entonces delegada de Innovación de la Junta de Andalucía en Málaga, en este cargo concedió una subvención pública de 1,2 millones de euros “el mayor incentivo económico que hemos dado para el ahorro energético en una empresa en Málaga” a Financiera y Minera, por su “ejercicio de responsabilidad” en esta remodelación orientada a reducir las emisiones contaminantes. Unas emisiones que fueron, por poner un ejemplo, de 682 millones de kilos de CO2 soltados a la atmósfera en 2005 cuando el tope de la Unión Europea está en 100. Y eso para un grupo multinacional que alcanzó una cifra de negocio de 5.000 millones de euros ese mismo año 2005.

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